Maliang y el Pincel Mágico

Maliang soñaba con ser pintor. Su familia era pobre y no podía

comprar pinturas ni tampoco comprar un pincel. Pero Maliang persiguió su sueño, y un día su obstinación se vio recompensada con el regalo de un anciano: ¡un pincel mágico! A partir de entonces todo lo que pintaba Maliang cobraba vida, pero el emperador, un hombre codicioso y sin corazón, quería a toda costa conseguir el maravilloso pincel.

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