Kopie von Artículo sobre -Quitarse el Sombrero- Lalo Garao

Madrid, años 20. El régimen de la Restauración se desmorona, con el epílogo grotesco de la dictadura de Primo de Rivera. Un buen día, los artistas Maruja Mallo, Margarita Manso, Salvador Dalí y Federico García Lorca llevan a cabo un gesto considerado totalmente inapropiado para la burguesía de la época: quitarse el sombrero en plena Puerta del Sol. La performance no es muy bien recibida por los transeúntes, que acaban insultando y apedreando a sus protagonistas. Esta anécdota sirvó hace pocos años a Tània Ballo, Serrana Torres y Manuel Jiménez para titular su proyecto trasmedia ‘Las Sinsombrero’, disponible en el portal leer.es del Ministerio de Educación y dedicado a  las mujeres artistas pertenecientes a la Generación del 27. Por supuesto, son muchísimo menos conocidas que sus pares masculinos, a pesar de que compartieron con ellos proyectos, tertulias, debates, influencias, alguna que otra juerga, amistad e incluso amores. Hablamos de figuras como Maruja Mallo, pintora; Rosario de Velasco, pintora; Marga Gil Roësset, escultora, ilustradora y poeta; María Zambrano, filósofa; María Teresa León, escritora; Josefina de la Torre, poeta; Rosa Chacel, escritora; Ernestina de Champourcín, poeta; Concha Méndez, escritora; Margarita Manso, pintora; Delhy Tejero, pintora e ilustradora; Ángeles Santos, pintora y artista gráfica, o Luisa Carnés, escritora. 

«Eran mujeres nacidas en el seno de familias burguesas en los albores del siglo XX, y por tanto vivieron una época de fenomenales avances tecnológicos, grandes desgarros históricos y asfixiantes corsés sociales, especialmente para el género femenino», explica Blanca Alonso, de la compañía de teatro mallorquina Coloradas, quien está preparando, gracias a una residencia del Teatre Principal de Palma con la colaboración, entre otras entidades, de Sa Talaia (Santanyí), un espectáculo dedicado a estas pioneras. «Es es una obra intergeneracional, pero está enfocada especialmente a un público juvenil. Fueron mujeres desobedientes que desafiaron las injusticias y convenciones sociales de su época, y por eso constituyen un ejemplo para los jóvenes de hoy en día. Además, vivieron calamidades como la guerra, la dictadura y el exilio, realidades que nos parecen lejanas pero que no conviene olvidar, porque podrían volver a suceder y de hecho siguen sucediendo muy cerca de aquí, como estamos viendo en las noticias cada día», reflexiona.

La obra, titulada ‘Quitarse el sombrero’, combina el teatro de objetos, con multitud de utensilios reales de la época, con proyecciones visuales, arte sonoro o teatro de sombras. «Se usa material de oficina de mi abuelo, recortables de muñecas de los años 20 que reflejan el prototipo de mujer que se imponía en la época,… Incluso, conseguí una sombrerera original en la que, durante la obra, una mujer esconde cosas que la sociedad no le permite mostrar, y se dice que ahí está guardada la libertad», señala Alonso, que para el montaje cuenta con la colaboración de Adriana Henao en la dramaturgia, Diego Irbe en la música, Elitxo Galiarde en la animación, Carme Serna en la mirada externa y su propio hijo de 15 años, Pablo Kobayashi, en la locución. 

«Además de rendir homenaje a estas artistas, también quiero reivindicar tesoros culturales que el franquismo se apropió hasta el punto de que aún hoy los relacionamos con la dictadura, pero ya estaban ahí mucho antes y nos pertenecen a todos: peinetas, abanicos, mantones de manila, pasodobles y otros muchos elementos folclóricos que van apareciendo a lo largo de la obra y que dibujan una época, previa a la guerra, en que Madrid era ‘una ciudad alegre y confiada’, en palabras de Maruja Mallo», destaca.

Recientemente ha podido verse un ‘work in progress’ de ‘Quitarse el sombrero’ en el Teatre Principal de Santanyí en el marco del Festival s’Illo. A finales de septiembre, Coloradas realizará otra residencia en el Teatre Sans que concluirá con una nueva muestra abierta al público.